La reciente decisión de Estados Unidos de imponer un arancel del 25% a productos mexicanos representa un reto significativo para el sector agroalimentario. Luis Fernando Haro, director general del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), advirtió que esta medida elevará los costos de productos básicos como maíz, soya y lácteos, afectando directamente a los consumidores mexicanos, especialmente a los más vulnerables.
En entrevista con El Sol de México, Haro explicó que el encarecimiento de insumos como granos y forrajes impactará la producción de carne, huevo y leche, lo que podría traducirse en aumentos de precios tanto en México como en Estados Unidos. Además, un alza en el precio del aguacate en el mercado estadounidense también afectaría su costo en territorio mexicano.
Frente a este panorama, los gobernadores de México han expresado su apoyo a la presidenta Claudia Sheinbaum y han anunciado estrategias para mitigar el impacto económico de los aranceles. Aunque no se han detallado medidas concretas, el consenso entre los mandatarios estatales busca proteger a los sectores afectados.
La inclusión del sector agroalimentario en la lista de productos sujetos a aranceles ha generado sorpresa y preocupación. Según Haro, existía la expectativa de que este sector quedara exento, ya que las conversaciones con sus contrapartes estadounidenses no indicaban conflictos relacionados con reglas de origen o triangulación de productos. Sin embargo, la medida ha sacudido la relación comercial entre ambos países.
México exporta alrededor de 45 mil millones de dólares en productos agroalimentarios a Estados Unidos, con un crecimiento constante del 3% mensual. No obstante, la imposición de aranceles genera incertidumbre y pone en riesgo la competitividad del sector.
Para enfrentar esta situación, Haro destacó la necesidad de diversificar mercados y reducir la dependencia de EE.UU. Asia y Europa son alternativas viables debido a su creciente demanda de productos mexicanos. Además, se plantea sustituir importaciones de insumos provenientes de EE.UU. con productos de países como Brasil y Argentina, especialmente en granos y forrajes.
El sector agroalimentario se encuentra en un momento clave, en el que la adaptación y la búsqueda de nuevos socios comerciales serán fundamentales para sortear los desafíos que imponen las nuevas políticas arancelarias de Washington.
