El Gobierno de China ha dejado claro que no cederá ante la presión de Estados Unidos, luego de que el presidente Donald Trump anunciara un aumento en los aranceles a las importaciones chinas. Beijing advirtió que está preparado para cualquier tipo de conflicto y que tomará medidas para defender sus intereses.
El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, señaló en un mensaje publicado en X que la decisión de Washington se basa en argumentos débiles y que su país no aceptará presiones externas. Además, rechazó las acusaciones de que China es responsable de la crisis de fentanilo en Estados Unidos.
"En lugar de reconocer nuestros esfuerzos, Estados Unidos ha tratado de difamar y echarle la culpa a China, presionándonos con aumentos de aranceles", afirmó Jian. También advirtió que estas acciones solo socavarán el diálogo y la cooperación entre ambas naciones en temas clave como el combate al narcotráfico.
La postura del Gobierno chino es clara: no se dejará intimidar y responderá con medidas equivalentes. "Si lo que Estados Unidos quiere es una guerra, ya sea comercial, arancelaria o de cualquier otro tipo, estamos dispuestos a luchar hasta el final", declaró el vocero. Agregó que cualquier intento de presión contra China está destinado al fracaso.
Este nuevo episodio de tensiones entre las dos potencias ha generado incertidumbre en los mercados globales. Analistas advierten que el conflicto comercial podría extenderse a otros sectores, lo que afectaría la estabilidad económica mundial.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha emitido una respuesta oficial a las declaraciones del gobierno chino, pero la escalada de confrontaciones sugiere que la disputa entre ambos países está lejos de resolverse.
