La reubicación de una empresa no es algo que se dé de la noche a la mañana, por lo que el impacto en empleos no será a corto plazo, así lo indicó el representante de la Iniciativa Privada quien dijo que existen muchos factores que el Presidente Donald Trump no tomó en cuenta al tomar esta decisión.
Carlos Elizondo Delgado señaló que la posible afectación en empleos en México y en la región no se verá reflejado de manera inmediata, sino que será a mediano plazo en caso de que algunas empresas decidan mudar su producción.
Existe una serie de factores en cuanto a la calidad y costo de mano de obra, así como el costo de construcción de una nueva planta, que de darse se instalaría en un plazo entre 6 meses a un año.
"No es tan fácil como firmar un decreto y que al día siguiente las empresas empiecen a moverse, cambiar una planta requiere tiempo, inversión y una planeación compleja para que se dé".
Mencionó que la aplicación de los aranceles o la migración de las empresas, representa un aumento en los costos y los principales afectados serán los consumidores del vecino país del norte.
El representante del sector empresarial subrayó que la aplicación de aranceles violaría el T-MEC, al incluir a productos con integración extranjera, a pesar de que el acuerdo establece que los vehículos con un 75 por ciento de contenido norteamericano estarían exentos.
En caso de que el Presidente de Estados Unidos insista en aplicar aranceles sin respetar lo que él mismo firmó, México y Canadá podrían presentar demandas ante la Organización Mundial de Comercio.
Aunque reconoció que la incertidumbre podría afectar las inversiones, insistió en que no habrá un impacto inmediato en el empleo, por lo que hizo un llamado a la cautela y al análisis de las opciones disponibles para mitigar cualquier posible afectación.
"Las empresas están evaluando escenarios, pero es imposible sustituir la proveeduría mexicana de la noche a la mañana. No es una varita mágica", concluyó.