PIEDRAS NEGRAS, COAH. — Con el sigilo que ha caracterizado las decisiones más polémicas de su administración, el alcalde Jacobo Rodríguez aprobó la construcción de una barda perimetral a lo largo de las vías del tren en la colonia Ramón Bravo, una obra que ha sido duramente criticada por vecinos, quienes la han bautizado como "el muro de la vergüenza".
Tras una reunión en la Ciudad de México con directivos de Ferromex, el edil anunció que el municipio dará luz verde al proyecto, sin presentar los estudios técnicos prometidos ni someter la propuesta a consulta pública, como se había comprometido meses atrás.
"La decisión se tomó en lo oscurito, favoreciendo a una empresa privada y dejando de lado a quienes vivimos aquí y que somos los verdaderos afectados", reclamaron vecinos del sector durante un recorrido realizado por reporteros de La Voz.
Habitantes denunciaron que nunca fueron convocados a una reunión informativa, ni se les explicó cómo sería la obra o cuáles serían las afectaciones. Lo que sí quedó claro, aseguran, es que con la barda perderán accesos viales importantes y, en temporadas de lluvia, quedarían prácticamente aislados, pues el único paso habilitado sería el paso a desnivel, que frecuentemente se inunda.
"Nos afectaría en todos los sentidos. Si el paso a desnivel está inundado, como ha estado estos días, tendríamos que dar vueltas larguísimas para salir. Eso cuesta en tiempo y gasolina. ¿Eso le importa al alcalde? A nosotros no nos preguntó nada", expresó una vecina.
Con evidente molestia, la mujer calificó la decisión como una "ocurrencia más" motivada por los intereses de Ferromex, no por el bienestar ciudadano.
Otro vecino, Genaro Díaz, afirmó que la obra no resuelve ningún problema real:
"Eso de que roban a Ferromex no es asunto del municipio. Francamente, la barda solo nos perjudica. Si ya es un problema cruzar cuando el tren se queda atravesado, ahora con la barda vamos a batallar más".
También lanzó una advertencia:
"Nomás falta que el municipio termine poniendo dinero del pueblo para esa barda. Como si no hubiera otras prioridades más urgentes".
Para muchos, la barda simboliza el desprecio de la administración de Jacobo Rodríguez hacia las colonias populares, donde los servicios básicos siguen siendo deficientes.
Lucila Flores, vecina del sector, fue clara:
"Aquí nadie nos preguntó si queríamos una barda. ¿Por qué no arreglan mejor lo del tren que se estaciona y nos obstruye el paso cada vez que llueve? Eso sí nos afecta a todos".
El malestar social va en aumento, y el resentimiento hacia una administración que prometió cercanía y participación, pero ha gobernado con imposiciones, se hace cada vez más evidente.
Esta decisión no es un caso aislado. Es un nuevo ejemplo del rumbo que ha tomado el gobierno de Rodríguez: alineado con los intereses empresariales, incluso si eso significa sacrificar la calidad de vida de los ciudadanos.
Los vecinos de la colonia Ramón Bravo no piden mucho: solo ser escuchados, respetados y tomados en cuenta. Pero con decisiones como esta, lo único que reciben es más división, literal y simbólicamente.
Y mientras el alcalde presume en redes una ciudad "en transformación", en sectores como Ramón Bravo, la única transformación percibida es la de un gobierno cada vez más alejado de su gente.
