Si el lector empieza a leer cualquier libro de macroeconomía, reconocerá de inmediato que el subir las tasas de interés es una política monetaria, básica de cualquier curso de economía. La dinámica es muy sencilla, el interés es el precio del dinero, y un aumento de este contrae la oferta de dinero, haciendo que menos cantidad de pesos pujen por la misma cantidad de bienes, lo que frenaría la inflación. Hasta aquí parece coherente, la intervención del Banco de México en el mercado de dinero con una tasa de hasta 7%. Pero, esta herramienta monetaria, no está exenta de costos, porque este aumento de interés reduce el consumo y eleva el crédito y por ello la inversión baja, lo que contrae la demanda agregadas, y deprime el PIB. Un costo hasta cierto punto razonable, sino fuera que esta inflación es en gran parte resultados de shocks exógenos, como lo son el COVID 19 y la guerra de Ucrania, además sin soslayar la menor oferta de Semiconductores que contraen la oferta de vehículos y demás productos tecnológicos. Lo que hace muy complejo que la inflación pueda ser contralada por un aumento tras aumento de la tasa de referencia, pues por más que se quiera esto no harán que por ejemplo Taiwán produzca mas chips o que Ucrania, regule su exportación y el mercado de trigo, gas, fertilizantes y demás commodities por mencionar algunos.
Dicho lo anterior, la inflación es mundial, y será muy difícil para el banco central mexicano, el reducirla en el corto plazo. Porque los factores externos no tienen una resolución cercana. Lo que si definitivamente puede pasar es que este aumento de tasas tipo espejo con la reserva Federal de USA, puede en México, aumentar el desempleo y desacelerar el crecimiento económico, y el efecto recuperación post pandemia. Sin duda, no hay dolo por parte de la junta de Gobierno e intentan hacer lo mejor para frenar esta inflación cabalgante, pero habrá que tomar otras medidas para que sea efectivo al menos en el corto plazo. Esperemos que en el tercer trimestre se empiece a ver la luz al final del túnel, por que lejos de los estragos macroeconómicos que causan la inflación, no hay que dejar de lado que esta es el gran impuesto de los que menos tienen. El impuesto de los pobres.
Gracias.