Después de que Siria vivió su primera semana sin la dictadura, logrando su libertad tras más de 61 años de dictadura, el dictador derrocado, Bashar al Assad, reapareció en Moscú dando su versión de los hechos, negando el nuevo gobierno y negando la versión que este escapo de manera express.
Por medio de una carta, el dictador que ahora está en calidad de refugiado político en Rusia, negó que este haya planeado su salida ante el avance rebelde.
"Mi salida de Siria no fue planeada ni se produjo durante las últimas horas de las batallas, como algunos han afirmado", decía un comunicado de Assad en el canal de Telegram de la presidencia derrocada. "Permanecí en Damasco, desempeñando mis funciones hasta la madrugada" del domingo 8 de diciembre, agregó.
Después, el dictador depuesto señalo que este se trasladó a Latakia, en una base rusa para supervisar el ataque, pero tuvieron que huir, pero esto afirmando que no buscaba salir del poder.
"A medida que la situación sobre el terreno en la zona seguía deteriorándose, la propia base militar rusa se vio sometida a un ataque intensificado por ataques de drones", agregó, y "Moscú pidió que el mando de la base organizara una evacuación inmediata a Rusia en la noche" del 8 de diciembre.
"En ningún momento durante estos acontecimientos me planteé dimitir o buscar refugio ni ninguna persona o partido me hizo tal propuesta", dijo Assad en el texto en inglés de su declaración. "El único curso de acción era seguir luchando contra la embestida terrorista".
Antiguos funcionarios del régimen señalan que antes de la llegada de los rebeldes a Damasco, el dictador ya se había ido del país.
