En un evento devastador ocurrido este jueves 17 de julio de 2025, un proyectil israelí impactó la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, la única iglesia católica en el enclave, causando la muerte de al menos tres civiles e hiriendo también a varios otros, incluido el párroco argentino Gabriel Romanelli.
El templo, que había servido como refugio para centenares de desplazados, incluyendo niños, ancianos y personas con discapacidad, quedó seriamente dañado. Según el Patriarcado Latino de Jerusalén, dos mujeres y un hombre perdieron la vida en el ataque, mientras varias personas se encuentran en estado crítico.
Entre los heridos figura el padre Romanelli, conocido por su estrecho vínculo con el difunto Papa Francisco, quien lo llamaba casi a diario para conocer la situación en el terreno . Durante el ataque, se registraron daños en el techo y en la fachada del edificio, afectando incluso la cruz principal.
La acción militar provocó una fuerte condena internacional. El Vaticano, ahora liderado por el papa León XIV, expresó profunda tristeza y urgió a un alto al fuego inmediato, mientras la Primera Ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificó la agresión como "inaceptable" y exigió protección para los civiles y los espacios religiosos. El cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, sumó su voz al condenar el bombardeo como una violación "de la dignidad humana y de la santidad de los lugares de culto".
El Ejército de Israel declaró que revisará las circunstancias del ataque, subrayando que no apunta intencionalmente a lugares religiosos y que busca minimizar daños civiles.
Este ataque se produce en medio de una intensificación de bombardeos en Gaza, que en las últimas 24 horas provocaron decenas de muertes adicionales, y se suma a una serie de incidentes previos en que estructuras religiosas fueron alcanzadas, como un bombardeo anterior en 2024 a la misma iglesia.
El ataque a la iglesia y sus víctimas civiles reflejan la escalada de violencia y el impacto humanitario del conflicto en Gaza, y renuevan la presión para un cese al fuego que proteja a la población indefensa y los lugares sagrados.
